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Piadoso educador francés y admirable catequista, perteneciente al Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas. Nació en Thuret (Puy-de-Dôme). Estudió en la escuela de Riom, perteneciente al Instituto. En 1820 ingresó en el Noviciado de Clermont. Después de ejercer la profesión docente en diversos centros, fue enviado a Sauges en 1841. Allí paso el resto de su vida, veinte años como Director eficaz y abnegado de la comunidad de hermanos y del Centro.
Se distinguió por la humildad, la fidelidad a su Regla y la entrega a sus deberes. La exquisita delicadeza en el trato con todos: padres, alumnos, Hermanos, autoridades le granjearon fama de santo y de educador excepcional.
Su apostolado con los jóvenes resultó admirable. Fue modelo de entrega y de iniciativas para el bien de sus escolares. Se preocupó por el trabajo y la vida de sus discípulos y de modo especial por su formación religiosa y su posible vocación religiosa o sacerdotal. Animó a más 500 de ellos a seguir el camino del sacerdocio y de la vida religiosa.
Murió con fama de santo en 1862 y fue canonizado por Pablo VI en 1967, declarando el Papa que el "terrible cotidiano" es santificador por sí mismo.
El trabajo silencioso de tantos días de escuela, de tanta entrega sencilla, con S. Benildo, quedó presentado como bello programa santificador por sí mismo y como tarea eminente en la Iglesia y en la sociedad.
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